Simba (Matthew Broderick) es un cachorro de león y sucesor al trono de la selva, algo que no le gusta a su tío Scar y por lo que prepara un plan para ocupar el trono. Con la ayuda de tres malvadas hienas, Scar (Jeremy Irons) asesina a su hermano, y padre de Simba, el rey Mufasa (James Earl Jones. Esto provoca que Simba crea que ha sido por su culpa y decida huir a la selva, después de que las tres hienas fallaran en su intento matarlo también. Allí conoce a un suricato llamado Timón (Nathan Lane) y a un facóquero llamado Pumba (Ernie Sabella), que le adoptarán y, además de entablar amistad, le enseñan la filosofía de vivir sin preocupaciones: el Hakuna Matata. Mientras tanto, su tío Scar, en el funeral de Mufasa y su hijo Simba, toma el trono y anuncia el nacimiento de una nueva era.
Años después, Simba ya adulto rescata a Pumba de ser comido por una leona. Ésta resulta ser su antigua amiga de infanciaNala, que al reconocerlo le pide que vuelva para recuperar el trono. El reino se ha convertido en un auténtico despropósito, mal gobernado y sin comida ni agua. Simba, que en un primer momento no quiere renunciar a su actual estilo de vida, finalmente acepta tras entablar conversación con un mandril llamado Rafiki (Robert Guillaume), el cual le habla sobre su padre. En ese momento, el alma de su padre aparece en el cielo, diciéndole que debe recordar quién es y de donde viene. Después de que el alma de Mufasa desaparezca, Simba, junto con Rafiki, reflexiona sobre lo que él debe hacer y así parte inmediatamente a su hogar a reclamar el trono con la ayuda de sus amigos.
Simba, a quien en un principio todos confunden con su padre, es testigo de la decadencia de su reino y enfurecido decide actuar. Es en este momento cuando Simba obliga a Scar a revelar el secreto que guardaba todos esos años: ser el responsable por la muerte de Mufasa. Aún cuando Simba alega que había sido un accidente, Scar aprovecha, y junto con sus hienas, lo lleva hasta el borde de un precipicio. En ese momento, un trueno cae sobre el pastizal seco e inicia un incendio. Simba resbala y trata de sostenerse, con sus patas delanteras sobre el borde. Entonces Scar lo toma de sus patas y confiesa en ese momento, que él fue el verdadero asesino de su padre. Simba lleno de rabia salta sobre Scar y lo obliga a confesar públicamente, provocando una batalla entre leones y hienas para reclamar el reino. Tras la batalla final, Scar termina siendo asesinado por las rencorosas hienas (Scar, quien era demasiado cobarde para pelear contra Simba, acusó a las hienas como las enemigas que provocaron todo esto sin saber que ellas escucharon todo). El ciclo de la vida se cierra con el ascenso al trono de Simba, con el remate final de un epílogo, en el que Simba y Nala se casan y Rafiki presenta a la nueva y futura sucesora de ambos.
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